miércoles, 2 de octubre de 2013

Capítulo 34

09 de Junio
13:04.
- Depende pues Yiyi… si estás pololeando y eres pendeja, yo creo que en tres meses demás te das cuenta que la relación es seria. Si andas con un tipo y te trae la hormonas locas, te podis’ pegar un cortito y paso la vieja… todo depende de la situación y de lo que esperas de la relación… ¿Por qué tanta pregunta? ¿andas en malos pasos con algún hombre, pequeñuela?
Esta fue la respuesta de Berenice, cuando a la hora de colación se me ha ocurrido preguntar cuándo es conveniente tener sexo con un hombre.
- No, no ando en malos pasos con ningún hombre… solo lo preguntaba.
- En todo caso… deberías liberarte un poco, Yiyi… - dijo Carla –. Tienes que salir más, conocer gente, tener más roce social y en una de esas conoces a un buen tipo y todo pasando después…
- Sólo lo preguntaba… de curiosa… además mi roce social es bastante bueno…
- Si, claro… - rieron todas.
No sé por qué todo mundo cree que yo vivo dentro de un caparazón todo el tiempo. Gracias a mis padres y a Polín conozco mucha gente, y antes siempre tenía un panorama social importante. Reconozco que en los últimos tiempos he andado un poco alejada de todo, pero en general mi vida social siempre ha sido bastante buena. Lo que sucede simplemente es que no me gustan las discos, como a Carla; ni los pub, como a Berenice; Ni los asados multitudinarios, como ha Cristina. Me gustan las cosas simples y con algún objetivo extra, a parte del objetivo principal que es pasarlo bien.
Mm… ahora que lo analizo, me puse mucho más hogareña después de lo que sucedió con Jeremy… ¿me habré apagado?
¡ops!... teléfono…
16:33. Era mamá para preguntarme si iré este fin de semana a visitarlos. Le dije que aún no lo sabía.
- Deberías venir, hija. Necesito que hablemos…
- ¿Qué sucede? – pregunté muy preocupada.
- Mm… Se trata de tu padre…
- Qué pasa con papá, mamá – dije en estado de alarma total.
- Aún nada… ven a la casa y lo hablamos.
- Está bien… iré… ¿pero puedes adelantarme algo?
- No.
- Pero ¡mamaaaa! – chillé histérica. Mamá está acostumbrada a hacerme esto. Después resultará que no es nada serio y me hará perder un pasaje de bus.
- Se trata de la salud de tu padre. No te puedo decir más ¿Vendrás?
- Claro… ya te dije que si…
- Pues trae una botella de vino para el almuerzo.
- Mm… mamá que fresca eres.
- No soy fresca, ahora tú eres una invitada para esta casa.
- ¡Mamá! – volví a chillar – me hablas como a una extraña, soy tu hija. Te recuerdo que aún tengo mi habitación en esa casa… mm… eee… ¿mamá? ¿tengo mi pieza aún verdad?
- Mm… si… pero estamos pensando en arrendarla a un estudiante universitario…
- ¡Noooo!... ¡no puedes hacerme eso!
- Si, si, si… como sea… te esperamos para éste sábado. Lasaña ¿te parece bien?
- ¿Cuánto me saldrá la porción de Lasaña? – dije con ironía.
- Mm… la botella de vino que traigas… y quizás el postre…
- Lo sabía… bueno mamita… nos vemos el sábado, te digo que me has dejado muy preocupada, en todo caso.
- De eso se trata, Gabriela… de eso se trata…
Colgué el auricular, con un enorme nudo formándose en el estómago. ¿Qué le estaría pasando a papá? Mamá no me habría llamado por una nimiedad. Debe ser importante. Quizás… ¡Oh! ¡QUE HORROR! ¡Quizás le han diagnosticado una enfermedad mortal…! Pero la voz de mamá, aunque tensa se notaba tranquila cuando dijo lo de la salud de papá… mm… mi mamá no debería hacerme este tipo de cosas… es muy inconsciente conmigo y mi propio estado de salud…
Intentaré sacar las imágenes de cadáveres, ataúdes y hospitales de mi mente… mi papá enfermo… mi papá… muerto… que horrible, que espanto… mm…
16:49. Jeremy, no me habla, ni me mira. Ayer estuvo saliendo y entrando de la oficina, todo el día. En un momento lo vi conversando con la Cote. Se reían mucho y hablaban como para que todo el mundo los viera. Par de estúpidos… mm…
17:08. Ha llegado un correo de don Pelmazo, diciendo que no vendrá a trabajar mañana, porque ha pedido su día administrativo.
Benjamín me ha enviado un correo diciéndome que don Pelmazo había comentado que tenía que hacerse exámenes médicos.
Daniela, la chica nueva, ha estado bastante bien en su trabajo. Gracias a Dios, cada día me pregunta menos. Aunque el otro día hizo algo que me anduvo molestando un poco. Cristián se me acercó para decirme que revisara los cambios de la nueva sección de servicio al cliente y esta chica, que tenía la oreja muy estirada, se ha metido y le ha dicho que ella lo podía hacer. Cristián le dijo que sabía que podía, pero que me lo estaba pidiendo a mí. Igual encontré un poco fuerte la respuesta de él, pero bien. La puso en su lugar.
17:31. Hace mucho sueño… se me cae la cabeza de sueño.
17:42. Sigo con sueño. Me ha dado por toser… mm… me voy a comer una vitamina C.
17:43. ¿Qué será de Arturo Mollins?... debe estar encerrado en esa enorme oficina, conversando con doña estirada. Hablando en idiomas que jamás me han interesado conocer y con altos ejecutivos del mundo empresarial, todo eso mientras firma una pila de papeles y lee informes llenos de gráficos de torta y de barras de colores…
18:01. Me está doliendo la cabeza. Le mandé un correo a Carla preguntándole por su nueva relación. Me dicho que va viento en popa, que está feliz y que éste fin de semana la invitó a su casa. Le pregunté que si iría, me dijo que si y que esperaba hacer “cosillas” con él… me gustaría ser tan decidida como ella. No lo dudó tanto. Lleva ¿Cuánto? ¿Dos semanas con ese tipo? y se ha lanzado… y yo, que conozco a Jeremy hace años, me lo pienso como si fuera una propuesta de matrimonio… en realidad… sigo tan pendeja como antes…
20:56. Estoy en el departamento. Con Arturo Mollins prácticamente llegamos juntos. Por una leve diferencia de dos minutos. Cuando entré, cargada con bolsas del supermercado, él se estaba sacando el abrigo y se apresuró a ayudarme. Aún tenía la nariz un poco colorada con el frío.
Cuando entré me preguntó si había valorado la opción de ir a médico ¿Tan mal me veía?... le respondí que me estaba sintiendo mejor. Que me estaba comiendo dos vitaminas C al día (mentí, solo hoy me comí una) y que anoche me había tomado una de las pastillas que me había llevado, con un te con limón. Así que esperaba recuperarme rápido.  
Me fui a mi pieza para cambiarme de ropa… en eso comenzó a sonar el teléfono. Sonaba y sonaba, y yo no podía salir porque no lograba encontrar los malditos pantalones del buzo… cuando di con ellos, salí hecha un cuete y vi que estaba Arturo Mollins al teléfono diciendo que yo si estaba y que venía enseguida. Cuando me pasó el auricular me susurró “Lo siento, me estaba volviendo loco; contesté pensando que podría ser para mi.”
- ¡¡¡HERMANITA!!!... – era Polín que me gritó tan fuerte que me dejó un pito en el oído – ¡eres una mujerzuela de primera! ¡quién es ese hombre con esa voz tan encantadoramente sexy que ha contestado el teléfono!
- Un amigo – dije mientras Arturo Mollins me miraba incrédulo – eee… un amigo de mi trabajo… queee… eee… ha venido a ver mi computador…
- ¡uf!... pero que voz más sexy hermanita… tienes que presentármelo, con esa voz es imposible que sea un adefesio – en eso tenía razón. Sin duda sería del gusto de mi hermano homosexual…
- Qué es lo que quieres hermanito…
- ¡Ah!... te llamaba para invitarte para mañana a mi galpón. Haré una fiesta…
- Mm… ¿mañana?... tengo cosas que hacer aún en el departamento… mm… mamá me ha llamó hoy. Dijo que fuera a verla el sábado… ¿irás?
- Mm… si… también me llamó a mi… oye no puedes ser tan fome… invité a gente de la tele y vendrá un curador para evaluar algunas de mis pinturas. Hace un mes le mandé un aprounch de mi trabajo y ha quedado muy entusiasmado… vamos… di que sí… estarán Marlon y Esteban también…  - en ese minuto escuché la voz de Marlon que decía “dile que no sea una yegua y que nos venga a ver un día” – Marlon dice que no seas una yegua desgraciada y que vengas porque quizás te encuentres con alguien para que te de un merecido polvo… - en eso se puso a gritarle a los chicos – Pero no creo que quiera eso… tiene a un hombre con una voz horriblemente sensual encerrado en su departamento – escuché un solo grito de “¡¿QUÉ?!” y luego pasos presurosos hasta el otro auricular.
- Yegua infeliz… - era Esteban que hablaba por la otra línea – cuenta, quiero detalles, los turbios incluidos, no escatimes… quién es, dónde lo conociste, cómo es… alto, guapo…
- Tiene una voz terriblemente erótica, me pasaron cosas cuando dijo “Buenas noches” con una voz de macho seductor – ese era mi hermano.
- Paren, paren – dije tratando de poner orden en la línea telefónica -, quieren calmarse un poco. Primero, no me digan yegua que no me gusta… me siento como una hembra…
- ¡Haij! Eso dices ahora, lindura…espera a encontrarte con un buen burro – ese era Esteban que provocaba la risas de todos atrás.
- Ya…córtenla… segundo – continué mientras le daba la espalda a Arturo Mollins que parecía estar leyendo algo, pero estaba más que claro que estaba muy pendiente de mi conversación -… ya le dije a Pablo que es un compañero de trabajo que me vino a arreglar la impresora…
- Mientes y con todos tus dientes – replicó mi hermano -, dijo que era un amigo de su trabajo y que había ido a arreglarle la computadora. Asúmelo… tienes a un hombre en tu departamento para que te dé un buen polvo… - risas.
-  Quieren pararla con la lesera… con ustedes jamás puedo hablar en serio… a parte que están hablando entre ustedes de mi por teléfono, mientras yo estoy en la línea… paren. Y no Pablo… no iré a tu fiesta de pintores. No quiero un burro para que me de un polvo, y no, éste amigo o compañero no viene a mi departamento a tener sexo conmigo. Y tampoco se los presentaré.
- Que frígida es tu hermana, Polín – dijo Esteban en tono resignado.
- No soy frígida… tengo mi lívido en bastante buen estado. Es solo que no soy una suelta que se acuesta con el primero que conoce… nada más… ahora… ¿por qué me hacen decir estas cosas?
- Bueno… hermanita… te entendemos… eres una monja con el lívido a punto de explotar… no vendrás mi fiesta… lo entiendo, pero te digo que quiero el sábado los detalles de ese machote que tienes en tu departamento encadenado a tu cama…
- Pablo – lo interrumpí muy enrabiada - necesito que me prestes tu contestadora.
- Tendría que buscarla.
- Búscala y llévala el sábado…
- ¿Y para qué la quieres?
- Para que el hombre de la voz encantadoramente sexy no vuelva a contestar este teléfono cuando tú me vuelvas a llamar…
En eso colgué el auricular y me di vuelta. Entonces vi que Arturo Mollins tenía un jarro de café en su mano y me observaba, casi sin parpadear, con el rostro demasiado divertido para mi gusto. 
***************************
Siguiente entrega: JUEVES.
No olvides dejar tus comentarios, lo cual puedes hacer aquí, en el blog o en la página de Facebook:
https://www.facebook.com/Yiyilapeor

2 comentarios:

  1. No me puedes dejar así... Ahhhhh... Que acabo de amar a Piolin y su imprudencia.... ¿Que pasara???? Ay, Dios, ese Arturo Mollins señor dueño del mundo y de una voz sexy, wow y con la imagen que ahora tengo en mi cabeza de él, no que muero muero...
    Me encanto el capitulo, genial como siempre... Y esa hermanita de la Cote ya esta enseñando las uñitas la muy muy.... y el tal jeremy es un pelmazo, lo digo y lo sotengo...
    En fin, ahora hasta mañana... ahhhh
    besitos

    ResponderEliminar