lunes, 11 de noviembre de 2013

Capítulo 56

20 de Julio

11:45. He tenido mucho trabajo estos días. Algo muy bueno, ya que he pensado poco en todo lo que pasó con el innombrable. Relegué el CD de Roxette a una caja que espero no volver encontrar en mi vida, e intento volver en mí, lentamente. Lo primero que he hecho es volver a leer. Retomé “El ABC de la felicidad” y me estoy llevando gratas sorpresas.
Resulta que el libro, que lo había cotizado poco en un principio para ser honesta, habla de lo que “postulan” Aristóteles, Buda y Confucio respecto de la felicidad. Voy recién en el primero. Aristóteles dice que el hombre es feliz cuando logra la realización personal. Mm… lo cual ha sido una revelación enorme para mí. He pensado que quizás ese ha sido realmente el gran error en mi vida: no me siento realizada. Aristóteles también dice que esa realización no está fuera de nosotros, sino dentro. Esto es aún mucho más importante, porque he buscado la aceptación y el amor fuera de mí, y quizás debería aceptarme y quererme primero yo misma.
Así que me he propuesto estas dos cosas, como una forma de superar la horrible etapa con el innombrable.
Lo primero que he decidido es… que me haré un cambio de look. Marlon y Esteban estarán realmente felices de esta decisión. Le tienen hambre a mi cabello. También les diré que me den consejos de belleza, por que quizás cambie mi armario. Bueno, como regalo anímico, mandé a estampar una camiseta. Ha quedado genial.
La segunda decisión, es que buscaré algo que me haga sentir realizada. No sé bien qué pueda ser. Mm… cuando le pregunté a Arturo Mollins, si él siempre supo que los negocios era los suyo me respondió:
-          Si… siempre tuve habilidad para esto. Mi padre nos enseñó a mi hermana y a mí el negocio familiar, pero Magda no quiso seguir nada de esto, y prefirió estudiar una carrera más social. Yo me apasioné desde el principio ¿Por qué?
-          No sé… yo nunca he sabido lo que realmente he querido.
-          Mm… pues mi padre siempre me decía, que uno debía seguir a aquello que se le repetía como una constante en la vida. Si se repite, es por algo…
-          Mm…a mi se me repiten las malas historias de amor ¿piensas que debería seguir en eso?
-          No, no lo creo… - dijo sonriéndome – si me permites hacer una observación, creo que eres muy ingeniosa.
-          ¿Si? ¿eso crees?
-          Si… por ejemplo esa camiseta que traes puesta…
-          ¿Qué tiene?... me gusta… - dije mirándola.
-          Si, lo sé… a mí también me gusta, se te ve bien. Podrías poner un negocio de camisetas que tengan mensajes originales. Emm… Solo espero que no sea real lo que dice…
-          Soy mala para los negocios…
-          Pero podrías asociarte con alguno de tus hermanos. Por ejemplo con el que estudió arte. Pídele a tu hermano mayor que te asesore con lo legal. Si necesitas capital inicial… pues… yo te podría ayudar encantado…
-          Si, verdad… Polín, me podría ser de gran ayuda… no se me había ocurrido…
-          Lo sé… y… ¿es verdad lo que dice la camiseta?
-          Mm… no sé, quizás… y no me mires más la camiseta que siento que me miras las pechugas y eso me incomoda… - cuando dije esto último Arturo Mollins se atoró con el café.
-          Yo no te estoy mir…
-          Lo sé, lo sé… - lo interrumpí - ¿crees que un negocio así resultaría?
-          Podrías intentarlo - dijo mientras se limpiaba la camisa -. Tú verías la parte creativa y tus hermanos las relaciones públicas y lo administrativo. ¿Y haz pensado lo de escribir el libro?
-          No… lo había olvidado.
-          Olvidas con demasiada facilidad las cosas realmente importantes para tu propia vida ¿no crees? Cómo va lo del traspaso de la librería a tu nombre.
-          Bien… ¿y cómo sabes eso?
-          ¡Ah! es que me enteré por el conflicto que tenemos con los desalojos y todo eso, tu padre te ha inscrito como su representante. Quizás comiencen a llegarte las citaciones a ti.
-          Mm… no pretendes dar marcha atrás con eso ¿verdad?
-          Lo estoy pensando Gabriela. Por ahora, como empresario, sigue siendo un proyecto muy atractivo. Lo siento…
-          Si… yo también lo siento. Me estabas comenzando a caer bien…
-          Que pena… ¿me detestas de nuevo?
-          Nunca he dejado de detestarte del todo A. Mollins. Me gustó eso de las camisetas… se lo voy a proponer a Polín… - Me di la media vuelta y me fui a mi pieza. Antes de entrar le dije - Y ahora no me mires el trasero Arturo Mollins… también me incomoda eso…
Antes de escuchar como se trapicaba de nuevo y protestaba por mi comentario me encerré en la pieza, sonriendo por el efecto de mi camiseta. “Odio a todos los hombres” y por atrás el dedo de en medio levantado en una genuina consigna de feminismo puro.

15:09. Acabo de llamar a Polín y le he comentado la idea que me dio Arturo Mollins. Dijo que sería bueno que nos juntáramos un día y que viésemos el asunto. Pero que de buenas a primera se veía ingenioso. Aunque necesitaríamos financiamiento.
También le dije de mi intención de cambiar mi look y me dijo que el fin se semana podríamos encontrarnos en el salón de Marlon y Esteban y así aprovechábamos de hablar del negocio de las camisetas.
¡Ops!... teléfono…

15:34. Era Alfonso Molina, mi ex compañero de Universidad. ¡Uf! Que agradable… que alegría saber de él. Me ha dicho que Claudia le ha comentado que estoy de vuelta en el mundo literario, cosa medianamente falsa. Solo estoy representando a papá con la librería. Se ha alegrado mucho de saber de mí y me preguntó si seguía en el mundo de las letras. Que lata tener que responder eso nuevamente. Me dejó comprometida para el lanzamiento de su libro y me dijo que podríamos hacer una tertulia de lecturas y charlas, como las que hacíamos en el bar que quedaba en la esquina de la Universidad. Me agradó la idea y le dije que lo ayudaría a organizar algo para fines de este mes, así que no teníamos que perder el contacto. Ha quedado feliz…
Mm… que bueno… mm… ¿tendrá razón el padre de Arturo Mollins? Quizás uno no debería nadar contra la corriente… quizá debería seguir lo que es una constante en mi vida… mm…

21:09. Acabo de terminar de hablar con Claudio. Me ha dicho que la policía ha dado con el paradero de la señora Guarello. Mientras hablaba con él, sonó el celular de Arturo Mollins, al contestar nos hemos quedado mirando. Al parecer a él le estaban informando de lo mismo. 
Claudio me ha contado que la capturaron cuando trataba de salir de Argentina, para irse a Brasil. Linda la vida que la señora Guarenes se ha estado dando a costa de nosotros.
Dice que ahora están viendo los trámites para devolverla a Chile y que se presente ante la justicia. Luego se verá lo de la investigación y todas esas cosas tan, tan complicadas en el mundo del Derecho, y que agradezco a Dios tener un hermanito tan mateo para el tema.
Con Arturo no hemos comentado el asunto. Pero me parece que nuestras caras han sido bastante evidentes.
Mm… mientras más lo pienso… más estúpida me siento. He sido timada con el departamento, Arturo Mollins quiere echar a mi padre de la librería familiar y dos veces el hombre que he querido me ha engañado metiéndome entre sus sábanas y luego partiéndome el corazón con alguna verdad que no vi antes…

Mm… Idiota, idiota, pero que idiota Gabriela Gómez… que idiota eres…

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Siguiente entrega: MARTES.

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